Hoy como nunca el entretenimiento se ha vuelto cada vez más personal. La inundación de las pantallas rodea cada momento de nuestra vida diaria. La música hoy casi depende de Spotify y demás servicios de streaming. Vemos películas, series y demás multimedia sin importar el tiempo y el espacio.

Cuando tenemos la disposición vemos nuestra televisión que generalmente ronda las 50 pulgadas diagonales y obtenemos el sonido a partir de las microbocinas de la TV o en el mejor de los casos de una barra de sonido.

Nada de lo anterior tiene que ver con el concepto del Cine en Casa. Y aunque algunos críticos lo notan como una idea old fashion, pues apuestan por la llegada de videojuegos 3D y contenidos en realidad virtual y realidad aumentada, lo cierto es que el séptimo arte es la máxima expresión emocional audiovisual que conocemos.

En cuestión de entretenimiento, nada toca tantos corazones como ver un film en verdadera pantalla gigante.

Bueno pues el Home Theater nos puede ayudar a develar emociones sin salir del hogar.

Es preciso tener en cuenta que para lograr el impacto visual se requiere un proyector y una pantalla grande: mejor si supera las 100 pulgadas. El complemento necesario es un sistema de sonido surround multicanal.

Luego habrá que sumar las fuentes de video que hoy día resultan: un streamer tipo Roku o Apple TV, un lector de discos Blu-ray UHD y como opcional una computadora y hasta un receptor de TV para de vez en cuando ver los partidos de futbol.

Pero la atmósfera lo es todo: amplias y confortable butacas, oscuridad total con control de iluminación inteligente son elementos claves para conformar la experiencia del Cine en Casa.

Probablemente el componente clave sea el proyector, y es que por más que una TV sea realmente grande, las texturas de la imagen en movimiento de una proyección son drásticamente diferentes a lo mostrado en un display LCD-LED o incluso OLED. El famoso “grano” cinematográfico es una característica que resulta referente para nuestros ojos.

Si bien es cierto que es importante la resolución de un proyector, es más valioso fijarse en la relación de contraste, en el despliegue de “negros”; hoy día los proyectores ya ofrecen reproducción de contenidos HDR, lo que asegura una relación de contraste antes no vista y una gama de colores cercana a la realidad.

Si a lo anterior le añadimos resolución UDH 4K, tendremos un proyector ganador.

Puede ser que los videojuegos, la realidad virtual, la realidad aumentada y los contenidos en 3D invadan nuestras salas, pero nada podría desplazar la emoción del CINE.

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