Sonos es la marca de sistemas de audio multiroom inalámbricos más conocida, más reputada y de mejor calidad en el mercado. Basta revisar los miles de reviews alrededor del mundo para darse cuenta de que Sonos está supremamente posicionado.

Sonos es bien conocido por sus barras de sonido Beam, Arc y la recién lanzada Ray y por sus altavoces Sonos One y Sonos Five. Además, la gama se complementa con un adaptador para integrar a sistemas convencionales conocido como Port, un amplificador de hasta 4 canales para aplicaciones arquitectónicas conocido como Amp y sus bocinas portátiles Roam y Move.

 

 

Pero el signo de los tiempos acusa la necesidad de un subwoofer, un altavoz dedicado para bajas frecuencias que se encargue de todos los sonidos de ultratumba en las películas de terror y suspenso o de todos los efectos de sonido sub-graves en las cintas de acción y aventura o el peso de las percusiones, la batería, el bajo o las teclas de la izquierda de un teclado o sintetizador. Es así que desde hace años existe el Sonos SUB, que ya va en su tercera generación, con mayor poder de procesamiento.

 

El Sonos SUB es una caja muy peculiar, muy diferente a la forma tradicional de un subwoofer (caja cúbica de gran tamaño). El SUB es una caja con 389 mm de alto, 402 mm de ancho y 158 mm de profundidad; pesa la friolera de 16 kg. Es un mueble verdaderamente sólido. Al centro, existe un hueco y en los laterales de ese espacio vacio, se ubican las bocinas, dos woofers de forma ovalada, uno frente al otro. Opera a partir de 25 Hz. El SUB cabe detrás del mueble de la TV o incluso con suerte debajo de un sofa (colocado en forma horizontal).

 

 

Funciona sólo y solamente con el ecosistema Sonos. Puede conectarse a la red Ethernet o mejor aún de modo totalmente inalámbrico mediante Wi-Fi. La verdad, la configuración resulta muy sencilla pues todo se realiza con la app Sonos para iOS o Android y la puesta en marcha apenas dura unos minutos.

 

Para mejorar el desempeño y acorde con la acústica de la habitación, el SUB también funciona con Trueplay, el software de compensación acústica de la marca.

 

El SUB hace una enorme diferencia cuando se conecta a los altavoces Sonos ONE, mejor si estos se configuran en modo estéreo. Así la música se disfruta con el peso de los graves, el bajo acústico o eléctrico es omnipresente y le otorga mucha más calidez a las melodías. Basta escuchar algo de Tony Bennett & Diana Krall como “Nice Work If You Can Get It”, donde es el bajo el que marca todo el ritmo y el SUB hace un trabajo espléndido. Ahora que sentir los graves es una agradable experiencia sensorial en trabajos de Bob Marley como en “Sun is Shinning”. Tener el SUB y no tenerlo resulta una diferencia abismal.

Ahora en cuanto a cine en casa, sería bueno combinar la barra Arc con el SUB para tener la máxima experiencia de Sonos. Aquí recomendamos películas como Baby Driver, The Dark Knight, The Hunger Games, series como Ozark, Barry, Game of Thrones o el documental The Birth of the Cool de Miles Davis. El SUB se vuelve un elemento indispensable. Obligatorio mas bien.

El SUB entrega graves poderosos y bien definidos. Lo que más sorprende es que no devela distorsión audible y que sigue siendo un elemento elegante y discreto. Si quieres transformar tu sistema Sonos, ve a la segura con un SUB. No te arrepentirás.

 

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